El peso de la deuda: Milei paga U$S 620 millones al FMI

Otra vez llega un nuevo vencimiento con el FMI. Este viernes el Gobierno afronta otro importante pago al Fondo por U$S 620 millones en concepto de comisiones e intereses por la deuda que mantiene con el organismo de crédito multilateral. Milei y Caputo pagarán con los mismos dólares que el FMI volvió a prestar al país. Dólares que se destinan para la deuda en vez de mejorar jubilaciones, o aumentar la partida de salud, educación. La suma que va a pagar el Gobierno al Fondo equivale a un bono de $140.000 para 5 millones de jubiladas y jubilados.

Estos más de U$S 600 millones integran un importante plan de desembolsos de U$S 2.000 millones que la Argentina deberá afrontar este año por la deuda que mantiene con el Fondo.

Parte del calendario de pagos de intereses ya se honró en febrero y durante el año en curso el país deberá pagar aún otros dos vencimientos de intereses: uno por U$S 861 millones el 1° de agosto próximo y otro por U$S 883 millones el 1° de noviembre.

Examen en junio

El nuevo programa con el FMI tiene prevista una primera revisión en junio de este año. La meta que puede complicar al Gobierno es la acumulación de reservas tras la eliminación parcial del cepo y las intervenciones en el nuevo sistema de bandas. El Fondo exige acumular U$S 4.000 millones de reservas netas para mediados de año, por eso el ministro de Economía, Luis Caputo, puso en marcha nuevamente la bicicleta financiera para hacerse de dólares mientras genera beneficios para unos pocos. Esa historia ya terminó mal para la clase trabajadora durante el macrismo.

Lejos de mejorar las condiciones de vida del pueblo trabajador el gobierno profundiza el ajuste y ya prometió al Fondo avanzar con la motosierra y las contrarreformas (reforma laboral, previsional, tributaria) después de las elecciones. No es casual que la titular del Fondo, Kristalina Georgieva, llamó a votar abiertamente por La Libertad Avanza.

Argentina recayó en el FMI en 2018, hace ya 7 años, y en esos años se renegociaron varios acuerdos, pero la hipoteca sigue mientras aumentó la pobreza, la desocupación. Pero existe otra alternativa. El desconocimiento soberano de la deuda y una ruptura con el FMI permitirían a la clase trabajadora poner un límite a la sangría de la deuda y alcanzar una moneda fuerte. Junto con la expropiación de las grandes cerealeras y el establecimiento de un monopolio del comercio exterior para poner fin a la fuga de divisas, se puede comenzar a sentar las bases de para economía planificada democráticamente desde abajo, que priorice solucionar las necesidades sociales y no la rentabilidad de un pequeño grupo de capitalistas.

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