Bono a jubilados: los economistas afirman que se puede aumentar, pero Economía se niega

Pese a la negativa del Gobierno a aumentar el bono de $ 70.000 a los jubilados, los economistas estiman que el superávit fiscal permitiría una mejora para las 5 millones de personas que perciben el haber mínimo y cobran dicho ingreso. De esa manera, el bono podría recuperar lo perdido frente a la inflación desde marzo del año pasado, la última vez que se actualizó antes de ser congelado durante casi 1 año.

«Eso nació con el bono, porque era algo de corto plazo… el bono lo mantuvimos y es un costo grande, ahora lo mantuvimos mucho más, casi que terminó siendo parte de, me decís: ¿Lo pueden ajustar? Me encantaría, pero no dan las cuentas, se lo tengo que sacar a alguien«, dijo la semana pasada el ministro de Economía, Luis Caputo, antes de viajar a Estados Unidos para acompañar al Presidente, quien se reunió con la titular del FMI, Kristalina Georgieva.

Luego de pasar de $ 55.000 a $ 70.000 en marzo de 2024, el bono se mantuvo sin cambios desde entonces (a diferencia del haber mínimo, que se actualiza por inflación con un rezago de dos meses), mientras el Índice de Precios (IPC) acumuló una suba del 46,8% hasta enero de 2025, lo que consolidó la pérdida de poder adquisitivo de las jubilaciones y permitió al gobierno reducir el gasto previsional para sostener el superávit fiscal.

Así, para que el bono recupere el valor de marzo, el Gobierno debería llevarlo en febrero a un valor cercano a los $ 130.000, lo que aumentaría la jubilación mínima con bono de los actuales $ 349.924 a $ 409.924. Ese incremento, a su vez, implicaría un gasto adicional de entre $ 165.000 y $ 300.000 millones por mes, lo que representa entre un 0,2% y 0,3% del PBI en 2025, según los cálculos de Empiria, LCG y EcoGo.

Siguiendo esos cálculos, el costo fiscal equivaldría a un sexto de los $ 10,4 billones del superávit primario (ingresos menos gastos antes del pago de los intereses de deuda) obtenido en 2024, que representó un 1,8% del PBI. Para eliminar el déficit, el Gobierno recortó el gasto primario un 27% interanual y las jubilaciones acumularon una caída del 16% real, siendo el rubro que soportó la mayor carga del ajuste.

En cambio, si el bono sigue congelado, las jubilaciones mínimas profundizarán la pérdida de poder de compra que tuvieron con Mauricio Macri, Alberto Fernández y en lo que va de la gestión de Javier Milei. «Si el bono “extraordinario” no se actualiza, los haberes previsionales mínimos llegarán a la elección de octubre en un nivel semejante al de un año antes, y un 3% real por debajo de noviembre de 2023″, estimó María Minatta, economista de Empiria.

Según el titular del Iaraf, Nadin Argañaraz, el ingreso del jubilado con la mínima y bono, registró una caída real del 6,7% en diciembre y del 4% en noviembre de 2024, en relación a los mismos meses de 2023.

Después de las medidas del año pasado, que incluyeron la suba de impuestos (PAIS, Ganancias, Monotributo y Combustibles) y la «motosierra», el Gobierno busca mantener el equilibrio fiscal en 2025 mediante una mayor recaudación por la recuperación de la actividad y un ajuste del gasto que no se actualiza en forma automática. Ese podría ser el caso de los subsidios, los salarios, la obra pública o el mismo bono a los jubilados.

«Hoy están en condiciones de dar el aumento, pero siguiendo la desaceleración inflacionaria esto hace que con el paso del tiempo aumente el gasto en jubilaciones. Para 2025 esperamos que aumente el gasto en 0,5% del PIB por el ritmo de desaceleración inflacionaria proyectada, esto presiona sobre el panorama fiscal», señaló Lucio Garay Méndez, economista de EcoGo.

El Gobierno prometió avanzar en una baja de impuestos este año, por lo que los analistas esperan nuevos recortes del gasto. Por la desaceleración de la inflación, esta vez ya no contará con el principal motor del ajuste en 2024, que fue el cambio de la fórmula de movilidad. Esa medida permitió la licuación de las jubilaciones al reconocer solo una parte de la inflación de enero e implicó una quita de 8 puntos porcentuales, según cálculos de LCG.

«El Gobierno no va a resignar su política fiscal, las cuentas van a volver a mostrar superávit en 2025, pero la exigencia de recortar gasto no habrá terminado, sobre todo porque este año no vas a contar con algunas fuentes de ingresos como el impuesto PAIS, y va a incidir la baja de bienes personales y recientemente de retenciones», aseguró Melisa Salas, economista de LCG.

SN

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