El ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, cuestionó la política económica adoptada por el gobierno de Javier Milei en los últimos meses e insistió con la implementación de un nuevo esquema cambiario y monetario que permita contener la escalada del dólar y la inflación.
A través de su tradicional blog, el padre de la Convertivilidad catalogó como «paradójico» que Milei «haya permitido que el manejo monetario, financiero y cambiario siguiera valiéndose de los controles e intervenciones casuísticas y discrecionales que durante 21 años (del 2002 al 2023, excepto durante 2016 y 2017) condujeron a la alta inflación y a la desorganización completa de la economía».
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Cavallo cuestionó la política económica del Gobierno
En tal sentido, consideró que «el error ha sido haber utilizado la inconvertibilidad de la moneda para conseguir una caída de la tasa de inflación más rápida, aplicando controles de cambio a la vieja usanza y dictando el tipo de cambio oficial sin acumular reservas propias y con manejos muy discrecionales y erráticos de la política monetaria».
Bajo su perspectiva, la creación de un sistema monetario basado en la «convertibilidad del peso es la cuestión más relevante que ahora enfrenta el Gobierno para salir, luego de las elecciones, del entuerto en el que está sumida la economía en los últimos meses y en el que seguirá hasta el 27 de octubre».
A propósito de las reformas que debería hacer el oficialismo, el ex titular del Palacio de Hacienda remarcó que los cambios en la legislación laboral, impositiva y previsional no pueden realizarse mediante «decretos de necesidad y urgencia y mucho menos con vetos presidenciales, sino con los apoyos que se consigan si se logra estabilizar la economía de manera convincente y la economía vuelve a crecer».
Siguiendo esa línea argumental, el analista económico destacó la relevancia de poner en marcha una serie de modificaciones en el sistema cambiario y monetario para reencauzar la economía que, a su juicio, evidencia señales de estancamiento.
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La mirada de Cavallo sobre dólar y actividad económica
«El nivel de actividad económica, que se había recuperado a un ritmo del 5 al 6% anual entre abril de 2024 y abril de 2025 gracias al aumento del crédito al sector privado y tasas de interés negativas en términos reales, está estancado desde el mes de marzo. Esta reversión de la tendencia a la recuperación se relaciona claramente con la disminución del ritmo de expansión crediticia al sector privado y el aumento de las tasas de interés», juzgó.
En cuanto a las turbulencias en el mercado financiero, Domingo Cavallo apuntó que «a pesar de las extravagantes tasas de interés de mercado y la insistente prédica del Gobierno de que el precio del dólar tendría que estar cerca del piso de la banda, la tendencia del tipo de cambio es acercarse al techo de la banda y la expectativa del mercado es que superará al techo a fines de 2025″.
Y sumó: «Todo esto con el Banco Central vendiendo cobertura cambiaria en el mercado de futuros. El empeoramiento de los últimos meses no puede atribuirse solamente al riesgo ‘KUKA’ ni a las embestidas de la oposición en el Congreso, sino también a imprevisiones e improvisaciones del equipo económico. Las imprevisiones vienen desde el diseño mismo de la estrategia de desinflación».
A consideración de Cavallo, el equipo económico no aplicó un plan de estabilización ya que era «imposible lanzarlo de manera creíble» si previamente no se acumulaban suficientes reservas propias como para respaldar los pasivos en pesos del Banco Central.
«La principal imprevisión fue no utilizar el año 2024 para acumular reservas propias a través de un superávit de balanza de pagos y la emisión de pesos para comprar esas reservas como única forma de crear liquidez en pesos. Las improvisaciones más dañinas ocurrieron desde el reemplazo de las LELIQs por las LEFIS, el pretendido reemplazo de las LEFIS por letras del Tesoro y el uso y abuso de los encajes bancarios para obligar a los bancos a financiar al Tesoro a costa de la contracción drástica del crédito bancario al sector privado y un aumento extravagante de las tasas reales de interés», añadió.
Más allá de su mirada crítica de la gestión libertaria, el ex funcionario nacional vislumbró algunos posibles factores favorables para una resolución «no traumática» de los problemas que aquejan al gobierno de Milei después de las elecciones nacionales.
«Para consolidar [el superávit fiscal] es importante que el Congreso apruebe antes de fin de año el Presupuesto de la Nación que el Ejecutivo debe presentar a más tardas el 15 de setiembre, como lo exige la ley de Administración Financiera», planteó.
También pidió que el presidente se una a los esfuerzos del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en la búsqueda de consensos sobre la disciplina fiscal con los gobernadores, «especialmente con aquellos cuyas provincias han sido tradicionalmente más indisciplinadas».
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Al mismo tiempo, Cavallo ponderó la tendencia al aumento de las exportaciones, que según su lógica «debe apuntalarse continuando con la eliminación de las retenciones y aumentando la devolución de impuestos indirectos a todo tipo de exportadores». A la vez, puso el énfasis sobre los proyectos aprobados bajo el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) y la desregulación y apertura económica.
Sin embargo, opinó que lo más importante es que el aumento del tipo de cambio desde la salida parcial del cepo cambiario no produjo un incremento considerable en los precios: «Si el Gobierno es capaz de legislar y explicar con convicción los rasgos del nuevo sistema monetario, cambiario y financiero, no tiene por qué temerle al aumento del tipo de cambio que resultaría de la normalización del mercado financiero y de capitales y que a su vez provocaría una fuerte baja de las tasas de interés».
El sistema cambiario que propone Cavallo
Prohibir la emisión monetaria para financiar el déficit fiscal de la Nación, de las provincias y de los municipios.
Permitir sólo la emisión monetaria para compra de reservas y para operaciones de mercado abierto en mercados secundarios de títulos públicos.
Declarar la libre convertibilidad del peso y prohibir los controles de cambio.
Permitir la intermediación financiera en dólares (y cualquier otra moneda convertible) en las mismas condiciones aplicables al Peso convertible.
Establecer que los bancos podrán recibir depósitos en cualquier moneda convertible y podrán prestar esos fondos guardando un encaje que establecerá el Banco Central.
El financiamiento al sector privado originado en los depósitos podrá ser para saldos de tarjetas de crédito, préstamos personales, hipotecas y préstamos a empresas pequeñas y medianas
El financiamiento para inversión, o capital de trabajo de grandes empresas, se deberá proveer a través de instrumentos del mercado de capitales, induciendo a que los depositantes a plazo fijo de gran magnitud opten por cuota partes de fondos de inversión administrados por los mismos bancos.
«El tipo de cambio se debería determinar libremente en el mercado. El Banco Central podría intervenir para comprar reservas según un plan preanunciado y, en circunstancias excepcionales, vender reservas. Sin embargo, las ventas de reservas deberían ser únicamente un complemento a las acciones estabilizadoras del tipo de cambio, basadas en el manejo de los encajes bancarios, preferentemente marginales, y las operaciones de mercado abierto», concluyó Cavallo.
MFN / EM