La crisis causó suspensiones, despidos y cierres

La economía real se cae a pedazos a menos de dos años del mandato de Javier Milei. En distintos puntos del país se conocen cierres de empresas, paralizaciones de planta y suspensiones. El sector maderero no queda afuera de la crisis que afecta a la industria en general. La Forestadora Tapebicuá, con planta de producción en la localidad correntina de Gobernador Virasoro, anunció el cese de sus actividades por 30 días y suspendió a sus 520 operarios. Les debe los salarios de julio, agosto y el medio aguinaldo.

Cuando en las madereras cae la demanda de pallets la alarma suena más fuerte. El aviso en letras mayúsculas anuncia: la cadena de consumo masivo está rota, se desploma hasta la compra de productos más básicos. “Si se venden menos pallets significa que la situación de los ingresos está cada vez peor y ya atravesó todo el círculo. Supermercados, transporte, a los que estamos muy ligados”, explicó a PáginaI12 Juan Sotelo, miembro de la Asociación Civil del Plan Estratégico Foresto Industrial de Corrientes (APEFIC).

Según el reporte del Centro de Estudios de la UIA (CEU), la industria viene perdiendo en promedio 1.500 empleos por mes en el último trimestre.

Lo que ocurre con la Forestadora Tapebicuá no es un hecho aislado. “Está pasando también con otros aserraderos que tienen entre 20 a 30 empleados y como son más chicos no llegan a ser noticia. En la zona es muy amenazante lo que ocurre Tapebicuá porque es una empresa tradicional con muchos años y que cierre temporalmente y no haya pagado los sueldos da cuenta de la gravedad del contexto”, advirtió Sotelo.

De acuerdo al comunicado oficial de Tapebicuá, controlada por el grupo Celulosa Argentina, la decisión responde a problemas de liquidez y el desplome de las ventas. “Lo viví desde adentro: cuando los costos fijos altos se combinan con un mercado en caída y un contexto hostil, la crisis se acelera y deja poco margen de reacción. Las empresas que no se modernicen ni ajusten su estructura para ser competitivas frente a la globalización y la informalidad local, corren el mismo riesgo”, detalló a PáginaI12 Marcelo Torrisi, consultor de Negocios e Inversiones y ex Gerente General de Forestadora Tapebicuá.

Fuentes gremiales dejaron trascender su temor de que la parálisis pueda continuar con  suspensiones por tres meses para cerca del 50 por ciento del personal, periodo en el cual la firma pretendería abonar sólo el 20 por ciento de los salarios.

“La situación maderera argentina viene mal, sobre todo la transformación de un tronco en madera, porque los muebles terminados corresponden a otro mercado”, aclaró a PáginaI12 Román Queiroz, titular de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA).

Los principales motivos que complican al sector son:

*La construcción, principal absorbente de madera, está deprimida: obra pública paralizada y obra privada en mínimos. “Por la alta inflación en dólares para la construcción y, entonces, la gran brecha entre la propiedad a estrenar y los bienes usados”, aseguró Queiroz.

*Las exportaciones pierden competitividad por “un tipo de cambio atrasado y costos internos altos”, afirmó Torrisi. Los envíos al exterior son solo para retener clientes mientras “no tenemos rentabilidad, porque se empata o se pierde”, remarcó el presidente de FAIMA.

*La liberación de importaciones de productos madereros agrega presión a precios y márgenes.

“El sector no está creciendo, y en muchos casos trabaja por debajo de su capacidad instalada. Un “combo” de factores macroeconómicos y sectoriales que golpea a empresas formales y de gran estructura, sin flexibilidad para adaptarse”, resumió el ex gerente de Tapebicuá.

“No podemos aguantar. Desde octubre del año pasado que se profundiza el derrumbe. Estamos trabajando a precios del 2024, no tenemos rentabilidad, la exportación no es constante y cayó mucho la venta de pallets. Aumentaron los plazos de pagos que pasaron de 30 a 120 días. Con el agravante de que el maderero cobra semanalmente y de contado y va a vender los cheques al banco con las tasas de interés muy altas”, relató Sotelo de APEFIC.

Mientras el Gobierno puja para que los plazos fijos tengan centralidad como herramienta de resguardo, la medida aumenta el costo de financiamiento y complica a las empresas. Esas que generan producción y trabajo en el país. La desesperación de la Libertad Avanza por absorber pesos enfría brutalmente a la economía.

En su informe, la UIA también destacó que se esfuerzan por contener los precios. Lo cierto es que si los incrementan, no venden. El IPC acumulado desde diciembre de 2023 fue de 150 por ciento y el IPIM Manufacturero en el mismo período del 86 por ciento.

“Van a seguir cerrando los aserraderos”, se lamentan. La Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines creó un comité de crisis para buscar soluciones. 

«En un año político, que esté pasando esto, que no se consuma, nos preocupa porque entonces imaginate después», subrayó Sotelo. 

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