Venta de dólares y tasa en pesos: la oportunidad que vieron los bancos y la clave de la licitación del martes

El sistema financiero vivió una semana de alta tensión tras el desarme de las Letras Fiscales de Liquidez (LEFIs), una de las principales herramientas de esterilización que venía utilizando el Banco Central (BCRA). En ese contexto, los bancos desmienten haber vendido dólares para cancelar obligaciones en pesos, como trascendió, pero sí observan con atención una dinámica que terminó por encarecer el financiamiento productivo. La expectativa de mercado estará puesta en la próxima licitación de este martes 29.

La eliminación de las LEFIs, una decisión tomada el 10 de julio, dejó un excedente importante de pesos que el Tesoro buscó absorber rápidamente bajo una “licitación de emergencia”, realizada seis días después.

Allí, el organismo logró captar $4,7 billones, no solo con el objetivo de retirar liquidez sobrante del sistema, sino también como una táctica para contener presiones sobre el tipo de cambio. Para lograrlo, el Gobierno ofreció tasas notablemente más altas que las del mercado. Por ejemplo, la consultora Vectorial destaca que en el caso de la letra más corta (S31L5, con vencimiento a fin de mes), la tasa efectiva anual (TEA) se ubicaba en 42,9%, pero las tensiones financieras generaron que el Tesoro haya convalidado un rendimiento de 48,6%.

Bajo este panorama, entre el viernes y el martes siguientes a la licitación, Vectorial advirtió que toda la curva de instrumentos en pesos “se desplomó” y las tasas de caución a un día alcanzaron el 80% anual, encareciendo el crédito de forma abrupta y afectando particularmente a las empresas pymes.

En ese contexto, comenzaron a circular versiones de que los bancos habían salido a vender dólares por una supuesta necesidad de pesos. Sin embargo, distintas fuentes bancarias y analistas negaron esta interpretación.

Oportunidad financiera

“Eso de que los bancos se quedaron sin pesos y vendieron dólares es un blues total”, afirmó el analista financiero Christian Buteler, en diálogo con Ámbito. “El banco no es un comercio de la esquina del barrio. Se manejan de otra forma. Lo que pasó fue que aprovecharon una oportunidad financiera”, explicó.

Fuentes de una entidad financiera internacional también relativizaron las versiones: frente a la consulta de Ámbito, explicaron que algunas entidades vendieron dólares y se posicionaron en pesos a tasa, cubriéndose con futuros que ofrece el propio BCRA. “No fue por necesidad de liquidez, sino por incentivos de mercado de corto plazo”, dijeron. Desde este banco también aclararon que no realizan ese tipo de operaciones de forma sistemática: “Tenemos otra estrategia”, resaltaron.

A su vez, otra entidad apuntó en off a que los bancos no tienen grandes posiciones en dólares, ni están autorizados a hacerlo, debido a las regulaciones vigentes. “Además, no hay muchas posibilidades de operar como bancos en el MONEX”, aclaró.

Sin desconocer la tensión generada en el mercado, la fuente indicó que la menor liquidez se sintió con fuerza tras la última licitación del Tesoro, y que “el fin de mes complica por las exigencias de efectivo mínimo (encajes)”. La proximidad de la próxima licitación, prevista para este martes 29, podría volver a tensar la situación.

Por último, desde el entorno de otro banco privado reconocen que “puede haber habido una venta puntual de dólares un día”, aunque “como cualquier otra operación que cierra contra tasa”, pero descartaron que haya sido una estrategia generalizada de cobertura por escasez de pesos.

Para Buteler, lo central es entender que el BCRA está migrando hacia un sistema de agregados monetarios, lo cual implica fijar la cantidad de dinero y dejar que la tasa se ajuste libremente. “Eso genera una mayor volatilidad”, afirmó. “No es fácil manejar este esquema. La tasa, al volverse más volátil, puede afectar al crédito, la actividad y también al tipo de cambio. El desafío es ver si el programa económico soporta esa volatilidad”, concluye el especialista en finanzas.

Así las cosas, a partir del miércoles el mercado igualmente comenzó a notar una mayor disponibilidad de liquidez en el sistema. Por más que el Gobierno niega haber intervenido desde el BCRA o el Tesoro, las tasas comenzaron a moderarse y se ubicaron en un rango de entre 35% y 40% anual.

No obstante, marca Vectorial, con una inflación que viaja en torno al 20% anual (según datos del último bimestre anualizado), estos porcentajes implican tasas reales del orden del 12% al 17%. No solo representan un riesgo por encarecer el financiamiento productivo, sino que también presiona sobre las cuentas fiscales, ya que exige mayores recursos para cubrir el pago de intereses.

Asimismo, el objetivo de volver a estabilizar el tipo de cambio pareció haberse cumplido. Tanto el mayorista como el minorista cerraron por debajo de los $1.300, cotizando a $1.280 y $1.295, respectivamente.

En este contexto, señala Vectorial, el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM) se ubica por encima de los 115 puntos respecto del 10 de diciembre de 2023. “Se trata de un nivel históricamente bajo, aunque aún un 13% superior al promedio registrado durante el primer trimestre de este año”,concluye la consultora de Eduardo Hecker.

Tasas altas, ¿el freno al crédito?

En este contexto de tasas volátiles y menor liquidez, el crédito en pesos empezó a mostrar señales de agotamiento. Según datos de la consultora EcoGo compartidos con este medio, en base a cifras del BCRA, el crecimiento mensual del crédito se viene ralentizando en términos reales desde agosto de 2024.

En junio y julio del año pasado, el crédito total creció al 11% y 13% mensual real, respectivamente. Sin embargo, a partir de agosto empezó un descenso sostenido, con subas de apenas el 4.2% al 2.6% entre enero y marzo, alcanzando apenas 3% en julio de 2025.

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Fuente: EcoGo.

En ese sentido, es llamativa la dinámica de los préstamos al consumo que, según EcoGo, desde mayo exhiben una caída casi lineal hasta marcar 0% este mes.

Por su parte, tanto el crédito comercial como los préstamos de garantía real alcanzaron un 6% de variación mensual real en julio, por debajo de la dinámica obtenida hace un año y tras movimientos bastante erráticos durante los últimos doce meses.

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