En medio de una gira internacional con fuerte impronta ideológica, el presidente Javier Milei desembarcó nuevamente en Israel, país al que considera un aliado estratégico junto a Estados Unidos. Cabe recordar que antes de pisar suelo israelí, estuvo de paso por Europa, donde disertó en un foro económico y por otra parte, también se reunió con Emmanuel Macron, presidente de Francia,
Con respecto al arribo de Milei a Tel Aviv fue seguido por un traslado inmediato a Jerusalén, donde visitó el histórico Muro de los Lamentos, uno de los sitios más sagrados para el judaísmo.
Allí, el mandatario fue recibido por el Rabino del Muro Occidental y los Lugares Sagrados, Shmuel Rabinowitz, y el Director General de la Fundación para la Herencia del Muro Occidental, Mordejai (Soli) Eliav. Visiblemente emocionado, Milei rezó en el lugar y dejó un mensaje en el libro de visitantes, gesto que fue reconocido por otras personas presentes. Asimismo, tuvo una audiencia con el presidente de Israel, Isaac Herzog, y un encuentro con el primer ministro, Benjamín Netanyahu.
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Por otra parte, el viaje incluyó también una visita institucional al Parlamento de ese país (la Knéset), donde el mandatario argentino brindó un discurso que mezcló definiciones diplomáticas, promesas de política exterior y críticas al progresismo global.
La exposición fue transmitida en vivo y recibió la atención de medios internacionales, no sólo por su mensaje en respaldo a Israel tras el ataque de Hamas en octubre de 2023, sino también por los anuncios de política exterior argentina y sus controvertidas declaraciones contra figuras del ambientalismo y la llamada «ideología woke».
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En este contexto, desde el Parlamento israelí, Milei aseguró que Argentina trasladará su embajada en Israel a la ciudad de Jerusalén Occidental en 2026. De esta forma, el mandatario ratificó una promesa que había hecho en su visita anterior, en febrero de 2024, pero que hasta ahora no había tenido avances concretos.
“En 2026 haremos efectiva la mudanza de nuestra embajada a la Ciudad de Jerusalén Occidental, como lo prometimos”, afirmó ante los legisladores israelíes. Actualmente, la sede diplomática se encuentra en Herzliya, al norte de Tel Aviv.
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Además del anuncio, Milei aprovechó para destacar las políticas económicas aplicadas en la Argentina, asegurando que el país «es hoy uno de los cinco en el mundo con superávit financiero». Según sostuvo, su gobierno logró «sostener el superávit fiscal durante 17 meses consecutivos», algo que no ocurría «hace más de 100 años».
«Hoy, Argentina está atravesando su propio éxodo», señaló el jefe de Estado, en alusión a la recuperación económica y a lo que definió como una «liberación de una casta política que avanzó descontroladamente sobre los ciudadanos durante un siglo».
En otro tramo del discurso, Milei cargó con dureza contra Greta Thunberg, a quien calificó como “una mercenaria de izquierda” que actúa “a cambio de un poquito de prensa”. El mandatario cuestionó una reciente aparición pública de la activista ambiental sueca, y la contrastó con la situación de rehenes aún cautivos por Hamas: “Mientras Greta se victimiza por aparecer esposada en una protesta, decenas de ciudadanos israelíes, incluyendo argentinos, siguen secuestrados en condiciones inhumanas”, sostuvo.
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También advirtió que Occidente atraviesa “una prueba de fuego”, atacado por “despotismos bárbaros” y por una “barbarie interna”, en alusión a las corrientes progresistas, el relativismo moral y la ideología woke. “Esa confusión moral hace que la dirigencia global le dé la espalda a Israel”, remarcó.
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Milei profundizó su alineamiento con el gobierno israelí y reiteró su respaldo a su estrategia defensiva tras el ataque del 7 de octubre. “No hemos titubeado en declarar a Hamás una organización terrorista”, dijo, y celebró los valores comunes entre ambos países: “Elegimos la libertad, la democracia y los valores occidentales”.
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Finalmente, el Presidente evocó el Holocausto y la historia del pueblo judío como símbolo de resistencia, y concluyó su intervención con una expresión en hebreo que generó aplausos entre los presentes: “¡Am Israel Jai!” («El pueblo de Israel vive»).