La visita de Karina Milei a la ciudad misionera de Oberá dejó un saldo inesperado para uno de los rostros más visibles del oficialismo libertario en redes sociales. Iñaki Gutiérrez, apodado «La Pepona» por sus detractores, fue increpado duramente en plena vía pública, en un episodio que refleja el creciente malestar de una parte de la sociedad con el Gobierno nacional y, en particular, con los operadores digitales que hasta hace poco se movían con soltura en actividades de campaña.
“Esto no es Buenos Aires, Pepona. Acá la gente labura y no come cuentos”, le espetó un comerciante mientras Gutiérrez intentaba moverse junto a la comitiva libertaria en el centro de Oberá. El escrache espontáneo sumó rápidamente a otros vecinos, algunos de los cuales comenzaron a gritarle “vendepatria” y “títere de Milei”.
La tensión fue tal que personal de seguridad tuvo que rodearlo para evitar mayores incidentes.
El hecho se dio en el marco de la visita de Karina Milei a Misiones, que estuvo marcada por momentos de fuerte tensión con productores yerbateros y tareferos. La hermana del Presidente encabezó una recorrida por comercios junto al candidato a diputado provincial Diego Hartfield y al presidente del partido libertario en la provincia, Adrián Núñez. Sin embargo, lo que se planificó como un acto de cercanía con la comunidad terminó opacado por una contundente manifestación en rechazo a las políticas del Gobierno.
Los productores yerbateros, que desde hace meses denuncian el impacto devastador de la desregulación del mercado de la yerba mate, se concentraron en el centro cívico con carteles como: “Milei, no somos la casta, somos tareferos. Nos prometiste otra cosa” y “Precio justo para la yerba mate”. La protesta avanzó hacia la avenida principal, generando un cruce directo con los militantes libertarios que, motosierra en mano, coreaban consignas a favor del ajuste.
En ese momento, la tensión escaló. Volaron hojas de yerba mate sobre la columna libertaria, comenzaron los insultos cruzados, empujones, y escenas de caos que obligaron a la intervención de las fuerzas de seguridad locales. “Fuera de acá porteños. Misiones no es para amarillentos”, gritó un grupo de manifestantes, visiblemente indignado por la presencia de figuras nacionales del oficialismo.
El episodio con Gutiérrez, uno de los operadores digitales más conocidos del mileísmo, funcionó como termómetro del rechazo popular. Lo que antes era un personaje blindado por likes y retuits, hoy se enfrenta al repudio cara a cara. En redes, su presencia aún busca imponer narrativas, pero en la calle ya no resulta tan fácil.
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