“Las finanzas no son magia ni timba”, dice a Perfil Córdoba Gabriela Tótaro, asesora financiera, psicopedagoga y CEO de la consultora GT Educación Financiera. Se refiere a la necesidad de la educación financiera en medio del auge de las inversiones adolescentes en bitcoins, a las apuestas en línea y a las falsas imágenes de jóvenes millonarios que circulan en redes.
La especialista asegura que la alfabetización financiera a temprana edad es clave para ofrecer alternativas reales y reguladas y para que los chicos aprendan el valor del esfuerzo y la planificación sin caer en el pensamiento mágico de las apuestas. Tótaro llegó al mundo de la planificación financiera después de atravesar problemas de salud. Tiene 20 años de experiencia en educación y acompaña a empresas y personas en la concientización de los procesos de aprendizaje en su relación con el dinero.
La especialista impulsa en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires una ley de educación financiera en las escuelas a partir de los 5 años, similar a la aprobada en Córdoba en diciembre pasado.
-¿Es necesaria la educación financiera en las escuelas?
-Es indispensable y debe formar parte de la currícula obligatoria. En un país con cambios económicos permanentes, saber administrar el dinero es una herramienta clave para construir una vida adulta más segura, independiente y próspera. Es fundamental enseñar a los niños y adolescentes a tomar decisiones económicas informadas. La educación financiera permite entender el valor del esfuerzo, la planificación y la paciencia y funciona como un antídoto frente al espejismo de la “plata fácil”. Les enseña que hacer dinero requiere disciplina, paciencia y tiempo, no es algo que suceda “poniendo uno para ganar un millón”, sino de construir con disciplina. Además, al estar en la escuela, garantizamos que todos los niños, sin importar su contexto, adquieran los conocimientos y hábitos necesarios. Esto es una verdadera herramienta de inclusión social e inversión en el futuro de cada niño y, por ende, en el futuro de nuestra sociedad.
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-En Córdoba se aprobó una ley que promueve la alfabetización económica y financiera a partir de los 5 años. Esta norma fue criticada por expertos que creen que no es necesaria en el nivel inicial.
-La educación financiera puede y debe comenzar en la primera infancia, idealmente a partir de los 5 años. A esta edad, con la aparición de la lectura y la escritura, los niños ya tienen la capacidad de comprender conceptos financieros básicos y aplicarlos a su día a día. No se trata de enseñarles a analizar gráficos complejos o especular, sino de inculcar valores y desarrollar hábitos saludables. Conceptos como el ahorro, la planificación, la responsabilidad, la paciencia, la perseverancia y la generosidad son el pilar de una futura salud financiera. A los 5 años, pueden empezar a entender el concepto de postergar la inmediatez para lograr un objetivo a más largo plazo. La relación con el dinero empieza mucho antes de lo que creemos. Es clave enseñarles desde chicos porque va de la mano con el desarrollo psicológico. Técnicas sencillas, como el método de los «tres frascos» (ahorrar, disfrutar, donar), les permiten visualizar y gestionar su dinero, fomentando la autonomía y la autoestima.
-Desde algunos sectores también se cuestionó esta iniciativa por considerar que responde a intereses de grandes corporaciones, ¿qué opinión te merece?
-Mi objetivo principal es la divulgación de la educación financiera desde la primera infancia para lograr una sociedad más justa. Creo firmemente que esta educación es una herramienta de inclusión. Es cierto que el sistema educativo, tal como está, a veces parece obsoleto y se centra en otros temas. También sé que no todos quieren que sepamos qué hacer con nuestra plata. Mi proyecto de ley busca la implementación efectiva de la educación financiera en el ciclo escolar obligatorio. Propone que la currícula se diseñe con la participación de todos los sectores de la sociedad, con especial mención del sector financiero y la familia. La idea es trabajar en conjunto para brindar herramientas sólidas. Es crucial que esta formación sea transparente, académica y respaldada por entidades serias, no por influencers o promesas mágicas. Busco que la gente confíe en operadores y sociedades de bolsa reguladas por la Comisión Nacional de Valores (CNV) y en gente idónea y con trayectoria, no en cualquiera que vende cursos rápidos.
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-Otro tema que preocupa son las apuestas online por parte de los adolescentes. ¿En qué momento pasa de ser un “juego” a una adicción?
-Los juegos online están diseñados para crear adicción a través de la tecnología. Los adolescentes, por su etapa de desarrollo, carecen de la capacidad de discernir si el juego es para entretener o para causar adicción; son especialmente vulnerables. Sumado a la facilidad de acceso, muchas veces sin control de la familia, y una publicidad agresiva que promueve la falsa ilusión de riqueza rápida, se crea un combo explosivo. Pasa de ser un “juego” a un problema que deriva en adicción (ludopatía) cuando empiezan a descuidar sus responsabilidades, estudios y relaciones.
-¿Cuáles son las señales de alerta?
-Puede ser que la mensualidad o el dinero que reciben no les alcance a mitad de mes sin una justificación clara. La adicción puede llevar a endeudamiento, problemas psicológicos como ansiedad y depresión, e incluso, en casos extremos, involucrarse en actividades delictivas por la necesidad de dinero para seguir apostando. Es fundamental que los padres estén atentos a las actividades online de sus hijos, dialoguen abiertamente sobre los riesgos y establezcan límites claros. La educación financiera es clave para ofrecerles alternativas reales, reguladas y a enseñarles el valor del esfuerzo y la planificación, para que no caigan en el pensamiento mágico de las apuestas. Me angustia pensar que, de no cambiar esto, podríamos enfrentar en 50 años a la generación más grande de ludópatas. La educación financiera, la información responsable y el control parental efectivo son el camino para evitarlo.
La falsa ilusión de la riqueza fácil
-Cada vez más menores de edad realizan inversiones, en bitcoins, por ejemplo. ¿Es una tendencia de los nuevos tiempos en los que se busca “ganar plata fácil”?
-La facilidad de acceso a la tecnología y las billeteras virtuales ha abierto puertas, pero también ha generado mucha desinformación y una falsa ilusión de riqueza rápida. Se promociona la idea de que se puede ganar dinero fácilmente sin trabajar, a través de influencers que muestran vidas excepcionales. Esto es mentira, eso no existe en las finanzas reguladas. Las finanzas no son magia ni timba. Se requiere disciplina, paciencia, tiempo, conocimiento, diversificación y acompañamiento de personas idóneas. La resolución de la CNV que permite a mayores de 13 invertir es una alternativa real y regulada de mercado. Sin embargo, los padres no siempre están preparados para acompañar. Yo no sugiero invertir sin formación adecuada y acompañamiento profesional (…). Si los jóvenes invierten creyendo que se van a volver millonarios rápidamente, van a perder plata. Sugiero que la inversión sea vista como parte de un camino de esfuerzo y planificación. Deben formarse, tomar cursos en entidades sólidas, aprender a conocer sus números, ahorrar y, cuando estén listos y bien asesorados, invertir y diversificar. Es fundamental que diferencien la tranquilidad financiera de la ilusión de “hacerse rico rápido”.