En la administración de Javier Milei se dedicaron durante toda la jornada a criticar el tercer paro general que quiere convocar la CGT. Desde Manuel Adorni hasta funcionarios de primera línea. Pero le abren la puerta a un diálogo para acercar posiciones y que la medida de fuerza pierda contundencia.
Según pudo saber PERFIL, en la primera línea del Gobierno no hay dudas sobre los motivos que llevaron a la central obrera a hablar de una medida de fuerza: tuvo que mostrar una “reacción” ante lo sucedido en la primera marcha de jubilados, en la que la CGT no realizó movimientos, y mientras se recalienta la interna del peronismo.
De hecho, en la Casa Rosada van a levantar los teléfonos de Héctor Daer, uno de los triunviros, y de Gerardo Martínez, el principal estratega de la calle Azopardo, para tratar de acercar posturas. Una figura del oficialismo no cree que la huelga se desactive, ya que comprende que hay un núcleo cegetista que es mayoritario y piensa que es momento de ir al paro.
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Adorni destacó el «exitoso» operativo policial de Bullrich y cuestionó el paro general de la CGT
No obstante, en La Libertad Avanza quieren que los puentes de contacto queden abiertos porque hay temas en los que pueden encontrar eco. Uno, es la reforma laboral: en el oficialismo quieren avanzar con cambios que aumenten la formalidad, un objetivo que, señalan, comparten con los dirigentes sindicales.
“La reforma laboral tiene que seguir avanzando, sacamos una de menor intensidad pero este sistema, así como está, no protege a la mitad de los trabajadores que están sumergidos en la informalidad”, es el razonamiento de un importante funcionario que está conforme con el blindaje del DNU y que se muestra optimista ante el acuerdo con el FMI.
En torno al pacto, no se habla de una cifra precisa de préstamo, sino de un número que permita “mirar el horizonte con tranquilidad”. Sin devaluación. Y, también, con un dato más: “No hay tiempos, es una negociación que define el board. Se está conversando”.
Gi