A partir de ahora, los presos alojados en cárceles federales estarán obligados a realizar tareas de limpieza y mantenimiento en los centros de detención donde se encuentren.
Según la resolución firmada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, todos los internos, sean procesados o condenados, deberán dedicar hasta cinco horas diarias a estas actividades sin recibir remuneración. Aquellos que se nieguen enfrentarán sanciones, incluyendo la pérdida de determinados beneficios penitenciarios.
La medida, establecida en la resolución 1346, publicada este miércoles en el Boletín Oficial, estipula: «establecer la obligatoriedad para todos los internos alojados en el Servicio Penitenciario Federal (SPF) de participar en las tareas de mantenimiento, limpieza, aseo e higiene de los espacios propios y comunes de los establecimientos penitenciarios. Estas actividades podrán ser llevadas a cabo durante cinco (5) horas diarias y no serán remuneradas«.
Esta decisión amplía el programa Manos a la Obra, implementado previamente por el SPF con el objetivo de fomentar el trabajo entre los presos.
Durante el lanzamiento de la iniciativa en octubre pasado en la cárcel de Ezeiza, Bullrich declaró: «Este lanzamiento es un punto muy importante en el camino de las transformaciones y la reestructuración del Servicio Penitenciario Federal, y de la relación que tienen las personas privadas de su libertad con la deuda que tienen con la sociedad«.
El subsecretario de Asuntos Penitenciarios, Julián Curi, explicó que la medida busca reducir el tiempo de ocio de los internos y transformar la cultura dentro de los penales: «Hay que erradicar la cultura tumbera«, sostuvo.
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La medida del Gobierno
En los considerandos de la resolución, el Ministerio de Seguridad destacó que la ejecución de la pena privativa de libertad tiene, entre sus objetivos, procurar la reinserción social y reducir la reincidencia, en línea con lo establecido en el artículo 18 de la Constitución Nacional y los artículos 1 y 108 de la Ley de Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad.
«Las personas privadas de la libertad no son víctimas, sino victimarios de la sociedad en su conjunto y, en ese entendimiento, el esfuerzo estatal debe estar orientado a que reparen el daño causado y adopten hábitos orientados al reconocimiento de su responsabilidad individual«, se detalla en la resolución.
Asimismo, se remarcó que «la ociosidad de los internos conlleva al aumento ostensible de los índices de violencia y alteraciones al orden, a la vez que resulta funcional a una subcultura carcelaria vinculada al delito, contraria a la legalidad y a los fines de la reinserción social«.
Con el propósito de reparar el daño causado a la sociedad y compensar los recursos destinados por el Estado Nacional a implementar un tratamiento penitenciario efectivo, la resolución exige que toda la población carcelaria, sin importar la etapa de su detención, participe en actividades necesarias para el mantenimiento de los espacios comunes y propios.
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La normativa también señala que «corresponde que todos los internos alojados en el Servicio Penitenciario Federal participen en las tareas de mantenimiento, limpieza, aseo e higiene de los espacios propios y comunes de los establecimientos penitenciarios, pues ello no solo constituye un deber y una obligación de todos los internos que se deriva de lo previsto en el artículo 18 de la Constitución, en cuanto establece que las cárceles serán sanas y limpias, sino que también son actividades que se orientan a facilitar una convivencia ordenada en beneficio de la población carcelaria».
El subsecretario Julián Curi enfatizó que estas actividades de limpieza y mantenimiento «no es trabajo y esto hay que diferenciarlo bien«. Explicó que, si los internos se niegan a cumplir con estas responsabilidades, serán sancionados, lo que implicará la pérdida de ciertos beneficios, como acceder a tareas remuneradas, cambios de celda u otros privilegios relacionados con la buena conducta. Sin embargo, aclaró que estas sanciones «No tiene nada que ver con las visitas«.
Con esta resolución, los internos deberán colaborar activamente «en el mantenimiento y en el ordenamiento de los lugares donde ellos están detenidos, entendiendo por esto la celda, el pabellón, los patios, la cancha de fútbol, los lugares comunes, los lugares de visita y todos los espacios donde ellos transitan su internación, para que participen en el cuidado y esto tiene que ver fundamentalmente con la idea del tratamiento penitenciario, que justamente apunta a adquirir hábitos de reinserción social«, explicó Curi.