Las autoridades brasileñas han informado este miércoles de que la deforestación en la Amazonía ha caído un 30,6 por ciento en el último año, convirtiéndose en el período en el que la caída porcentual es mayor en los últimos 15 años.
El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe) ha indicado que la deforestación entre agosto de 2023 y julio de 2024, según el Proyecto de Monitoreo Satelital de la Deforestación en la Amazonía Legal (Prodes), ha alcanzado 6.288 kilómetros cuadrados, según reza un comunicado.
En el Cerrado, sabana tropical ubicada en el centro de Brasil, la tasa de deforestación para este período es de 8.174 kilómetros cuadrados, la más baja desde 2019, lo que representa una disminución del 25,7 por ciento respecto al ciclo anterior. En esta zona, se trata dela primera reducción en cuatro años.
Como resultado de estos avances, se ha registrado una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de 400,8 millones de toneladas de CO2 y de la deforestación en la Amazonía y el Cerrado respecto al ciclo de 2021-2022.
Según las autoridades, la caída registrada es resultado «entre otras acciones» de la intensificación de aplicación de las normas medioambientales, de forma que con esta reducción también se ha reanudado la gobernanza medioambiental. Asimismo, el Gobierno ha aprobado 810.000 hectáreas de tierras indígenas.
«Conseguimos resultados importantes el año pasado y este año, nuevamente, un resultado muy significativo. Una contribución para nosotros y para el mundo, en un contexto en el que el problema del cambio climático es una realidad abrumadora», ha declarado la ministra de Medioambiente, Marina Silva, en una rueda de prensa en la que ha citado fenómenos climáticos extremos como las inundaciones en España o las heladas en África.